Hace algunos años comencé a experienciar dentro y fuera del consultorio lo que implica trabajar como counselor en acompañamiento y contención a personas que sufren violencia dentro de sus familias (violencia intrafamiliar). Quienes se encuentran atrapados o atrapadas en vínculos donde prima la violencia les es muy difícil poder abandonarlo, en muchos casos paraliza, anula, somete y destruye la autoestima de quien lo padece, percibiéndose responsables o culposas/os por lo que están viviendo.
Desde mi trabajo me gustaría aportar algunas herramientas útiles a colegas que deseen trabajar con violencia intrafamiliar, para esto hay algunas terminologías que debemos tener en cuenta para poder acompañar e intervenir.
Se define como violencia intrafamiliar a toda acción, omisión, abuso, que afecte o ponga en peligro la vida, la libertad, la seguridad personal, la dignidad, la integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, de una persona en el ámbito del grupo familiar 1.
Existen diferentes formas de violencia:
Violencia Física: este tipo de violencia durante mucho tiempo se tomó como única y sólo se intervenía si había signos de ella. Los estudios y las leyes han tipificado una variedad de violencias que hoy se toman en cuenta para intervenir. Este tipo incluye una variedad de manifestaciones que a veces dejan huellas visibles, esto debe quedar claro hay personas que saben cómo y dónde golpear para que no haya marcas visibles, al margen de la visibilidad toda violencia deja huellas, nadie sale ileso de situaciones de violencia. Algunas de las maneras que encontramos: trompadas, tirones de pelo, quemaduras de cigarrillo, empujones, poner la traba, cachetadas, lesiones con armas, (armas de fuego, armas blancas y cualquier otro objeto utilizado para dañar) hasta ocasionar la muerte. Cuando esto sucede por violencia de género se denomina Feminicidio o Femicidio.
Violencia psicológica: es el único tipo de violencia que puede darse aislada de otras y la única que combina con todas. Se produce a través de: insultos, ofensas, gritos, manipulación, chantaje, control, aislamiento, etc. Va dirigida directamente a minar la autoestima de la víctima, buscando generar en ella un sentimiento de inseguridad y de escasa valía personal. En muchas ocasiones, las mujeres son incapaces de reconocer o de poner en palabras aquello que les está pasando y durante un largo periodo se definen a sí mismas como lo hace el agresor tomando su discurso.
Violencia sexual: es la imposición de la relación sexual o de prácticas sexuales en contra de su voluntad. Aunque es una forma frecuente de sometimiento y control dentro de una relación de pareja, se desconoce la envergadura real de este tipo de violencia por la escasez de denuncias y porque se ha naturalizado dentro de una relación sentimental. Siempre tiene graves consecuencias para la salud emocional de las víctimas y con frecuencia va acompañada de violencia física. El obstaculizar la planificación familiar de la mujer, cantidad de embarazos, métodos de control de natalidad, periodo entre embarazos también es violencia sexual.
Violencia simbólica: Desde cierta parte de la ciencia y también desde la religión se ha reforzado las ideas sobre las diferencias «naturales» entre hombres y mujeres y las atribuciones de características internas propias de unos y otras, utilizando binomios como “masculinidad/feminidad”, “pasividad/actividad”, “emocionabilidad/racionalidad”, que venían a confirmar el destino final de los seres humanos, según nacieran varones o mujeres, en el mundo público, en el que se toman las decisiones (ellos), o en el privado y doméstico (ellas). Esta diferenciación produce una jerarquización de las personas de acuerdo a su sexo, que la misma ciencia y los estudios han refutado, sin embargo, esa diferenciación continúa existiendo. Ejemplo es la doble manera que socialmente se “leen” ciertos hechos: un hombre que abandona a sus hijos no sufre el mismo repudio que una mujer, aunque ella esté escapando por estar en riesgo y no pueda llevarse a sus hijos e hijas en un primer momento.
Violencia económica - patrimonial: Es la que produce un menoscabo en los recursos económicos o patrimoniales de la mujer, a través de la perturbación de la posesión, tenencia o propiedad de sus bienes, pérdida, sustracción, destrucción, retención o distracción indebida de objetos, instrumentos de trabajo, documentos personales, bienes, valores y derechos patrimoniales.Violencia espiritual o religiosa: es cuando se utilizan los textos sagrados para lograr obediencia y sumisión de la pareja - hijos - hijas. Leyendo dichos textos sin contextualizar con una interpretación patriarcal y machista que coloca a las personas en inferioridad de condiciones 2.
La violencia puede ser ejercida de modo activo o de modo pasivo, cuando hablamos de modo activo nos referimos a la acción, a la violencia ejercida desde cualquiera de sus formas (física, psicológica, simbólica, económica, sexual, religiosa). Cuando hablamos de violencia pasiva hablamos de omisión, el abandono es un modo de violencia pasiva, puesto que puede ocasionar daños psicológicos a quien la transite.
Círculo de la violencia: La psicóloga Leonor Walker 3, habla sobre violencia y lo ejemplifica con un círculo donde se desarrolla lo que llama el ciclo de la violencia
El mismo consta de 3 fases:
Hay un primer momento donde se acumula tensión, es el tiempo de una tensa calma, la calma que precede la tormenta, no se puede precisar que pasa, pero se percibe el malestar.
Luego ocurre el estallido, que puede ser un grito, el romper o tirar objetos, un portazo y hasta golpes. Esto algunos varones que ejercen violencia lo perciben como una descarga de la tensión.
Por último, se da la luna de miel o calma amante, donde hay promesas de cambio, pedidos de perdón, arrepentimientos, búsqueda de ayuda profesional, amigos, referentes religiosos, para recobrar la relación.
Para considerar que una relación de pareja es violenta este ciclo debe darse más de una vez. Esto al principio puede durar meses e inclusive años, pero cuando se hace crónico el ciclo completo puede darse en un día, con el consiguiente arrasamiento de las personas que lo padecen. La violencia tiene como una de sus características la intensidad creciente de la misma.
Hemos definido violencia intrafamiliar, tipos de violencia, su modo, su carácter cíclico y su intensidad creciente, es mi intención hablar ahora de nuestro rol profesional y los modos que tenemos de intervención.
Como profesionales debemos estar preparados para detectar cuando un/una consultante está sufriendo violencia en alguno de sus vínculos, poder acompañar y desde nuestro rol brindar información. Cuando una persona sufre violencia es muy probable que tienda a naturalizarla (son pavadas, no fue nada grave, fue gracioso, lo hacemos siempre, es normal en nuestra familia, etc.) y/o responsabilizarse o culparse (yo soy la que tengo que parar. Si yo no le hubiera contestado él no se hubiese enojado. Si no me vestía con esa ropa, él no se enojaba de ese modo. Yo tengo la culpa por no saber cocinar bien. etc.)
En violencia es necesario acompañar nuestro enfoque con información. En un encuentro con una consultante, ella, manifiesta que su pareja la pellizcaba en la cara, en los brazos, en las piernas, en la panza cada vez que se enojaba con ella, según cuanto enojado estaba era la intensidad del moretón que le dejaba, a lo que agrego, pobre, es su modo de manifestar enojo, sonrió, y dijo es una pavada, pero a veces me duele, por eso trato de que no se enoje. Podemos intervenir nombrándole: es una pavada…pero a veces te duele, y no queres que se enoje; y entrar con ella a ese mundo, conocido y hasta pareciera naturalizado para ella, en este acompañamiento también es importante preguntar si ella toma conciencia que esos pellizcones que le dejan moretones, en la cara, en los brazos, en las piernas, en la panza; es violencia física, definirle de un modo sencillo que es violencia intrafamiliar, y que la violencia física es un modo de ejercerla.
Para poder informar tenemos primero como profesionales que informarnos, saber cuál es la comisaría de la mujer y la familia más cercana. Presentarnos y tratar de armar una red donde puedas acudir si lo necesitas, tenemos departamentos de niñez, fiscalías, juzgados, si de apoco nos interiorizamos podemos armar una red para no trabajar solos.
En las comisarías de la mujer y la familia, en provincia, que es la zona más conocida para mí, hay equipos interdisciplinarios que nos pueden ayudar (psicólogo, trabajadora social, abogado). Tenemos leyes a nivel provincial 4 y a nivel nacional 5 que nos pueden servir como herramientas de utilidad para interiorizarnos.
Si bien mi abordaje es desde la violencia intrafamiliar porque incluimos a todos los miembros dentro de una familia, puesto que en algunas familias hay hombres que sufren violencia, personas con discapacidad, ancianos, niños y niñas, las más afectadas, según estadísticas 6, son las mujeres. La violencia causa daños muy severos en quienes la padecen, y cuesta salir de una relación violenta, pasa en muchos casos que trabajamos durante varios meses y que la vemos decidida a terminar la relacion, hace la denuncia, logra que la persona que la agrede sea excluida del hogar y nos alegramos porque por fin se decidió. Pasan algunos días y recibimos la noticia: Me apresure, no lo tenía que haber denunciado, me pidió perdón, él no quería hacerlo, yo lo pongo así, le voy a dar otra oportunidad, me prometió que va a cambiar. Vuelven, y al poco tiempo la volvemos a tener de nuevo golpeada o agredida. Esto se puede dar varias veces porque como describo, existe un círculo de la violencia que se repite y es muy difícil poder salir de ese círculo.
He escuchado frases como que está ahí porque le gusta, ¿Por qué no se separa?, Que lo deje. Una mujer que permanece en una relación violenta no se queda porque le gusta, se queda porque no sabe cómo salir, porque no puede dejarla, porque tiene miedo, cree que no va a poder sola con sus hijos, o sigue atrapada por mitos o creencias acerca de la familia, del rol de la mujer, etc. Generalmente terminan quedándose solas, porque la pareja las aísla de su familia y sus amigos, o estos terminan alejándose porque se cansan de querer ayudarla y que ella vuelva. Como terapeutas debemos ser muy pacientes para este acompañamiento.
Al inicio me referí que podemos trabajar dentro y fuera del consultorio, me he explayado en el trabajo dentro, ahora veremos nuestro modo de intervenir fuera de él. Lo podemos hacer desde una ONG, iglesia, escuela, merenderos, comedores, clubes, etc.
Con dispositivos de escucha, talleres de prevención, capacitaciones, grupos terapéuticos, etc.
Formando una red o siendo parte de un equipo interdisciplinario.
Para mi desarrollo profesional en el trabajo con violencia fuera del consultorio una ONG fue quien me dio la posibilidad de adquirir experiencia y crecer. Cuando inicie me anime a espacios de escucha, con un grupo terapéutico, dando talleres de prevención. Acompañamiento a víctimas de violencia en el proceso legal (comisaria, fiscalías).
El empezar a involucrarme me abrió puertas, me brindo contactos con profesionales que trabajan en organismos de gobierno, del poder judicial, otras ONG que trabajan con defensa de derechos humanos, trata de personas, genero. La riqueza de estos contactos no tiene precio a la hora del abordaje.
Desde la ONG se empezó a visibilizar mi trabajo y comenzaron a llamar otros profesionales que deseaban sumarse, hoy soy parte de un equipo interdisciplinario, comparto el espacio con una psicóloga, una trabajadora social, una abogada, una acompañante terapéutica y una licenciada en relaciones laborales.
Tengo una red armada para asistir a instituciones barriales, empezando por capacitarlas para acompañar e intervenir. Las referentes de instituciones barriales son aliadas super valiosas para facilitarnos el trabajo, porque conocen el barrio y tienen vocación de servicio, que se involucren, asististan y acompañen en el proceso legal es fundamental para la mujer que se esta animando a iniciarlo, saber que no está sola, sentirse apoyada y acompañada las ayuda mucho. Lograr una red donde conectemos a las instituciones con la comisaría, con niñez, o asesoremos en el armado de dispositivos de ayuda para alguna situación de peligro con las herramientas y personas que tengamos disponibles para hacerlo (amigos, familiares, hermanos de alguna congregación, compañeros de estudio o trabajo de quien esté sufriendo violencia) por ejemplo armando un grupo de WhatsApp en la que la persona en peligro mande su ubicación como señal de que necesita ayuda urgente y todos los integrantes de ese grupo llamen al 911, o 144 pidiendo que asista un móvil a la dirección donde se encuentra quien está en peligro, puede salvar la vida de esta persona hasta que la justicia intervenga.
Cuando inicié este camino no sabía cómo hacerlo, dónde ir, qué puertas tocar; con mucho miedo, sin experiencia, sintiéndome insegura y con unos meses apenas de recibida empecé a buscar mi camino, y creo que Dios fue guiando mis pasos para que lo encuentre y la fortaleza para qué pueda concretar las metas que me fui trazando en estos años de profesión.
Estoy convencida que el Counseling es una profesión que llena el alma, que tiene un campo amplio para que podamos explotar como profesionales. Solo tenemos que descubrirlo y animarnos a salir del consultorio.
Counselor Paola Hullk
1. Art N°1 LEY 12569 Texto actualizado con las modificaciones introducidas por Ley 14509
2. http://www.tipos.co/tipos-de-violencia-intrafamiliar
3. Walker, L (1979). Batered Women. New York: Colophon Books.
4. https://www.mpba.gov.ar/files/documents/LEY_12569_-_Violencia_familiar.pdf
5. http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/150000-154999/152155/norma.htm
6. http://www.dpn.gob.ar/documentos/Observatorio_Femicidios_-_Informe_Final_2020.pdf